jueves, 24 de abril de 2014

Rosas amarillas

Hoy es el día internacional del libro, un gran día dedicado a la cultura. En Cataluña es mucho más, es la diada de San Jordi. Aquí la tradición es regalar una rosa (Él a Ella) o un libro (Ella a Él).

 Sí, es de las pocas tradiciones en las que los hombres salimos ganando. Aunque he de decir que por la calle he visto muchas mujeres con rosas y no recuerdo haber visto ningún hombre con un libro. 

Hace ya unos años, cuando vivía en una casa con jardín. Un día de San Jordi vi una rosa muy bonita en mi jardín, le hice una foto y la mandé por face a unas cuantas amigas. Desde entonces he repetido esa operación varios años (Viendo el éxito y el coste) pero este año me ha parecido demasiado repetirme y a mí, me gusta ser original.

 Sin embargo, he vuelto a mandar la misma foto por wapsap (Los tiempos cambian) pero sólo a una chica. Esa chica que últimamente acapara mis pensamientos.

 Os preguntareis ¿No has mandado más fotos de rosas a otras? Por supuesto que sí, total, salen gratis. Pero esta vez he seleccionado las rosas y sobre todo, los colores.

 Hay muchas opiniones sobre el significado de las rosas según el color pero yo, he enviado a mis amigas una rosa azul, hay quien dice que la rosa de la amistad es la blanca otros que la rosa blanca es un amor "puro" y sincero diferente del amor apasionado de la rosa roja.

 Lo que he hecho este año que no había hecho nunca ha sido mandar por el facebook una rosa amarilla a todas mis ex-s.
El amarillo dicen que es el color del sol, pero también es el color de la envidia y el de la mala suerte.



 Las rosas amarillas dicen que representan, lo que pudo ser y no fue. Los amores truncados, historias que no acabaron bien sin necesidad que echar la culpa a nadie o simplemente historias que acabaron.

 Para mí, la rosa amarilla recuerda que hubo algo. Un fuego que, aunque apagado deja un circulo negro en el suelo, un negro indeleble que tizna todo lo que toca. Como un agujero negro dispuesto a vestir de luto a quien se acerque.

Ahora, es tontería pensar si aquello pudiera haber funcionado, si hubiéramos hecho tal o cual cosa. hay que pensar que si no funcionó, es porque el destino así lo quiso. Si no funcionó es porque no funcionaba.

 Sólo me duelen aquellas rosas, en las que no llegamos a probar (Unas por mí, otras por ella) porque como dice Joaquín Sabina: "No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió".

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